sábado, 28 de febrero de 2015

"...dime donde viene el aire que me trae recuerdos..."

En momentos como este es cuando eres realmente consciente de que en la vida todo tiene un fin, que un día de repente las personas salen de tu vida para no volver a verlas nunca más. Que no merece la pena hacer planes, que la vida es un regalo con fecha de caducidad, que de un momento a otro te quitan de las manos para siempre.  


3 comentarios:

  1. Pues yo iba a decirte todo lo contrario. Que la vida es un sueño que nunca acaba, que el amor, si es verdadero es para siempre. Pero veo que no todo el mundo piensa lo mismo. Es en estos momentos cuando soy consciente, de que las personas pueden salir de tu vida, pero no de tu corazón, que el que ama nunca se va por su propia voluntad, sino que lo echan, en contra de de sus sentimientos. Mi amor no tiene caducidad, es PARA SIEMPRE.
    Duele oír que te has ido, cuando nunca jamás me he ido, nunca jamás me he rendido. Cuando luchar por lo que creo y lo que siento, fue mi único objetivo siempre; Cuando hasta el último instante, permanecí fiel en el campo de batalla, que otros abandonaban cansados. Cuando di todo mi amor por hacerte feliz. Suspiraba, soñaba, latía, despertaba y vivía por ti. ¿Irse? Nunca.
    Tus palabras de resignación duelen, porque son palabras que asesinan fríamente un amor inmortal. Mi amor no muere, mi amor permanecerá hasta el día que marche. Mi amor no se va, permanece silencioso cuando su presencia incomoda.
    Resignarse es una cobardía, es el sentimiento que justifica el abandono de aquello por lo cual vale la pena luchar, es, de alguna manera, una indignidad. La aceptación, por el contrario, es el respeto por la voluntad del otro, sea éste un ser humano o el destino mismo. No nace del miedo como la resignación, sino que es más bien un fruto.
    No confundamos resignación y aceptación. Resignación es abandonar por temor lo que se siente; Aceptación es respetar la voluntad de quién no quiere permanecer a tu lado.
    Y así me siento yo, en esta situación donde el amor ya es inexpresable, y las viejas heridas permanecen sin cuidado. Entonces descubro la última soledad: la del amante sin el amado.
    Fernando Pessoa: “Seré siempre el que esperó a que le abrieran la puerta, junto a un muro sin puerta”.

    ResponderEliminar
  2. Soy petardo lo se y lo sabes!

    PD: Sonríe que estas preciosa!!! :D

    ResponderEliminar
  3. Entra en mi Blog ... http://pilarondiviela.com/mi-premio-bor-litarcihis-bloguer/

    Te he otorgado un premio !!!!!

    ResponderEliminar