sábado, 30 de junio de 2012

Vuelvo a las andadas, y me vomito gritando un sueño.


Estoy segura, completamente segura…los 23 años serán muchísimo mejor que los 22. Podría llamarlo intuición, sexto sentido o simplemente llamarlo “X”. Los primeros momentos de mi nueva edad han sido maravillosos, han llegado pisando fuerte y con unas ganas inmensas de comerme el mundo allá por donde vaya; es obvio que encontrarme con un 9.6 en mis notas de clase tiene mucho que ver con este subidón de adrenalina y de buen humor.

Y ahora vuelven aquellos días de verano,  los paseos por la playa, el olor a sal mezclado con ese característico olor a aceite de coco sobre mi piel. Dejar que las olas se lleven los malos recuerdos y que la arena conserve con su huella los buenos.
Me siento como si pudiera llenar el mundo de luz con una sola sonrisa, me siento eufórica. Y esta sensación me encanta. 

jueves, 14 de junio de 2012

Somos tan felices como decidimos ser :)


Porque muchas veces no sabemos ver la felicidad aunque la tengamos ante nuestros propios ojos, y es que nos pasamos media vida anhelando todo aquello que no tenemos. ¿Por qué nos empeñamos en pensar que la felicidad es tan difícil de alcanzar?

La gente no comprende que la felicidad no hay que ir a buscarla, sino que la felicidad siempre está… Está en la sonrisa de una persona a la que quieres, en una larga conversación con un amigo de toda la vida, en aquellos momentos en los que te duele la tripa de reír, al descubrir que hay gente que jamás se olvidará de ti aunque hayan pasado más de 10 años, en los instantes en los que sobran las palabras…
La felicidad es algo tan sencillo que no solemos  darnos cuenta de que está, y es que aquel dicho de que  uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”  es tan real como la vida misma.

Y sí, la vida me ha dado demasiados golpes, pero gracias a ello ya sé como levantarme. Que si en mi cara siempre se dibuja una sonrisa es porque he aprendido que hay que buscarle a todo el lado bueno porque todo pasa por algo.



jueves, 7 de junio de 2012

- Yo te prometo un para siempre, ¿tu me lo prometes?

+ Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos.

- Bueno, aunque te odie, si me necesitas iré.

+ No creo, si me odias no me querrás ver.

- Pues cierro los ojos.

+ No me querrás oír.

- Pues no te dejaré hablar.

+ ¿Entonces?

- Te abrazaré y te diré: ''¿Te acuerdas de aquel día que te prometí un para siempre?
   Lo decía en serio"