Hay ocasiones en las que sin darte cuenta todo cambia, y las reglas del juego se reescriben. Como si la mano abstracta del destino moviera sus piezas sobre un tablero de ajedrez.
Mientras tanto, ves como el futuro se
difumina como la niebla, como una nube de miedos y almas perdidas. No busques una señal en las estrellas, escucha la voz de tu corazón, obedecele. Porque no existe nadie que te conozca mejor que tu propio corazón.
Vive tu vida y tus sueños. Corre bajo la lluvia, que mojarse es más divertido que ahogarse de pena y sin fe. Y gritale al maldito mundo que puedes ser feliz.
