Y definitivamente mi intuición no
se equivocaba al pensar que a partir de ahora todo sería maravilloso. E incluso
podría decir que todos esos presentimientos se quedaban cortos.
Acabo de regresar del mejor viaje
de mi vida; el más especial, el más mágico que podría haber vivido. La playa,
el amanecer, miradas que no olvidaré jamás…
Y ahora…ahora no puedo dejar de sonreír…, deseando que pasen los días para poder volver a sentir uno de esos abrazos.