Me encanta su sonrisa. Cuando
sonríe hace que sea incapaz de apartar mi mirada. Y entonces, me entran unas
ganas enormes de besarle…, de besarle para comprobar si es real. Si de verdad
existe. Y él, él vuelve a sonreír; y el mundo se me viene encima. Porque todavía no puedo creer que alguien como
él esté conmigo, con sentimientos de verdad,
de esos sentimientos que no cambian ni MUEREN.
Sé que mi vida no es
perfecta, pero tiene miles de momentos perfectos cuando estamos juntos. Que
quiero robarle un beso y pedir de rescate un millón más.
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