Es evidente, cada una de las elecciones que tomamos suponen
en nuestra vida un descarte, un trayecto enterrado, una puerta cerrada. Es una situación
que significa irremediablemente rechazar. Y es que todo en nuestra vida tiene
sus consecuencias, absolutamente TODO.
Esta vez, antes de elegir he descartado…ya que, siempre he
tenido más claro qué es lo que no quiero en mi vida.
Pero no valen los arrepentimientos ni mirar atrás. Habré
dedicado gran tiempo de mis días, la mayoría de mis pensamientos y cada uno de
mis suspiros; habré puesto en juego mi futuro en más de una ocasión y habré
hecho alguna que otra locura…pero hasta el día de hoy puedo decir que no me arrepiento
de NADA.
¿Y si me he equivocado? Volveré a empezar, nunca me cansaré
de volver a empezar, porque las cosas no suceden porque sí…
Cerrar una etapa, enfrentarme a otra, recuperar la sonrisa y
volverla eterna, que no vuelva a desaparecer jamás.

No hay comentarios:
Publicar un comentario